Semana 12: Final del Taller de Narrativa

12 son las semanas que hemos estado desenseñando a desaprender cómo se describen las cosas... La esponja de palabras está hasta arriba pero ¡aún tiene capacidad de absorber vuestros últimos relatos!.

Y no olvidarse jamás que NUNCA TE ACOSTARÁS SIN SABER UNA COSA MÁS.

MEMORIAS

Amaneció con el cantar de un águila cruzando el campamento, buen presagio, o tal vez malo, no lo sé ni me importa, nunca he creído en esa clase de memeces, soy más bien hombre de hechos. Ése día en concreto tengo que relatarlo detenidamente, sus acontecimientos condicionaron nuestra elección. El senado había decidido que debíamos permanecer al norte del río Rubicón. Éste río separa territorio romano de la barbarie, es la frontera entre la civilización y ellos. 12 años de peleas continuas para intentar mantener un control sobre esas tierras que nunca tuvimos, me atrevería a decir que mas que conquistar todo lo que hemos estado haciendo a sido sobrevivir en territorio enemigo.

Y Roma nos traicionó, dejaron de mandarnos nuevas levas y suministros, nuestras órdenes eran quedarnos dónde estábamos hasta el fin. La guerra con el imperio Cartaginés no marchaba bien, Sicilia todavía no era nuestra y para tener su control hacían falta muchos refuerzos y por eso nos abandonaron. Así que decidieron ceder con el tiempo el Rubicón y trasladar la frontera a Capua. Esos de Capua, malditos bastardos, nos miran con aire de superioridad porque su ciudad es más limpia y espaciosa que la nuestra, pero la verdad es que Roma es una ciudad libre, Capua no.

Amo a Roma, eso es algo que todos los romanos llevamos dentro, nuestro orgullo de ser nosotros. Y mi amor por Roma me llevó a realizar lo que hice. Tomé mi decisión nada más levantarme. Y por los resultados os puedo asegurar que hice lo mejor que podía hacer.

Llamé a mi centurión y le di orden de levantar el campamento. Temeroso me preguntó dónde íbamos y cuando le respondí se quedó blanco. A la hora de la verdad, Lucio Domicio, mi centurión, en batalla concretamente, era de los más valientes, pero lo que le acababa de decir, que por cierto, todos se lo imaginaban, le causó mucho respeto. Ése día, 23 de Febrero del año 35 d.C, Cruzamos el Rubicón y partimos hacia Roma.

Tardamos 1 mes aproximadamente en llegar al corazón de Italia, llegamos fácilmente y sin incidencias, no saqueamos nada, es nuestra tierra. Un ejército romano formado por 3 legiones aguardaban en los campos de Cannes nuestra llegada. 3 legiones comandadas por el dos veces cónsul Licinio Valerianio.


25 de Marzo del año 35 d.C. El ejército romano formó un semicírculo rodeándonos por delante. Mi legión estaba formado únicamente por veteranos, en cambio el ejercito romano había puesto a los novatos en el centro de su formación, para evitar que huyeran despavoridos. No teníamos apenas caballería así que había que optimizar su función y vaya si lo hicimos.

Todo sucedió de la mejor manera, nos triplicaban en número pero para vencer a nuestra legión hacía falta algo más que eso. Habíamos aprendido muchas cosas en la Galia que aquí no conocían. La infantería romana por lo general lanzaba el pílum antes de cargar y eso hicieron y nosotros también, y cuando cargaron olvidando protegerse con sus escudos les lanzamos una segunda ráfaga, esta vez de hachas pequeñas lanzadas al aire, letales.

Hasta 3 oleadas de hachas nos dio tiempo de lanzar mas centenares de flechas de nuestros arqueros, las primeras filas del ejército del cónsul cayeron antes de llegar y los novatos aflojaron en su marcha. Nosotros cargamos con todo por el centro, eso quería decir que nos atacarían libremente por los flancos, pero para estaba la caballería, su misión fue hacer el máximo daño posible y darnos tiempos a destrozar el centro del ejército de Licinio. Y así fue, nuestra embestida fue bestial, atravesamos su centro limpiamente, habíamos dividido el ejército Romano en dos, así que las dos partes no tuvieron más remedio que huir, al pensar que solo quedaban ellos. Por supuesto yo me lo pasé genial en primera fila, mis hombres se sentían bien si yo luchaba con ellos codo con codo.

Roma nos recibió con las puertas abiertas así que tomé el control de la ciudad y del imperio. Abolí el senado, me convertí en el gobernador de Roma. A lo largo de estos años conseguí acabar con la guerra contra los cartagineses. Fui a Sicilia y la conquisté, luego conquisté iberia y finalmente fuimos a borrar del mapa Cartago. Todo estaba bajo control, excepto una cosa, los galos. Nada más llegar a Roma preparé mi marcha, nos dirijimos a cruzar de nuevo el Rubicón.
14 de Julio del año 45 d.C. Estos años de tregua con los bárbaros los han sabido utilizar, nos han machado en casi todas las ocasiones. Ahora 2 años después nos encontramos en una situación bastante peliaguda, estamos rodeados, nuestra única opción es salir de aquí rebanando cabezas. Si no escribo más significa que ésta ha sido mi última batalla.

En honor a todos aquellos que han derramado sangre conmigo, nos vemos en el Hades. Malditos galos.

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