- Sergio, sabes que no vale eso . – dijo el amigo de Max – es imposible que cueste tanto dinero.
- Te estoy diciendo lo que se – respondió el otro – creerlo o no es problema tuyo.
Hacía ya un buen rato que los dos amigos estaban discutiendo por el precio de la nueva bicicleta que habían visto en un taller al que fueron el día anterior a arreglar el monopatín de Max , al cual se le había agrietado una rueda e iba a reponerla por una nueva . Fue entonces cuando Max vio la reluciente bicicleta de la tienda, y se fijó en su precio : 160 euros , mientras que Sergio alegaba que costaba 40 euros más .
- ¿Y por qué no vamos a mirar? - dijo Sergio.
- De acuerdo, como quieras , pero no hace falta , ya te digo que son 160 euros .
Los dos niños sabían que estaban discutiendo por una tontería , pero no tenían nada que hacer , así que decidieron ir .
Cuando llegaron al taller en el que el día anterior habían ido, se lo encontraron cerrado .
- ¿Lo ves? Una pérdida de tiempo – repitió Max.
- Pero hay una puerta abierta, tal vez aún no hayan cerrado
- . Vamos a mirar.
Tan pronto como los niños se introdujeron en el taller por la puerta trasera, se percataron de que allí había de todo, repuestos de piezas , cámaras de ruedas , bocinas … Todo, menos un dependiente que le diera la razón a uno de los dos . Ni falta que hacía. Allí, en el mismo sitio que el día anterior, estaba la reluciente bicicleta . Su precio: 200 euros .
- ¿Ves ? cuesta 200 – sentenció Sergio – Vámonos , que se hace tarde .
- Pues yo habría jurado que costaba menos .
Incrédulo , Max miró el cartel donde estaba escrito el precio de la bicicleta : Y ponía 160 euros .
- No soy tan tonto como para tragármelo – dijo indignado – cuesta 160 .
- Imposible .
- Y los dos volvieron a mirar el misterioso cartel , en el cuál ponía , como si se burlara de ellos , 200 euros .
- Vámonos – dijo Sergio – esto no me gusta .
Y esta vez Max no tuvo ninguna objeción .
Cuando salían del taller , a paso rápido , comentaban que debían mantener ese asunto con el mayor secretismo posible . No querían que , además de ellos mismos , también los demás pensaran que estaban locos .
- Te estoy diciendo lo que se – respondió el otro – creerlo o no es problema tuyo.
Hacía ya un buen rato que los dos amigos estaban discutiendo por el precio de la nueva bicicleta que habían visto en un taller al que fueron el día anterior a arreglar el monopatín de Max , al cual se le había agrietado una rueda e iba a reponerla por una nueva . Fue entonces cuando Max vio la reluciente bicicleta de la tienda, y se fijó en su precio : 160 euros , mientras que Sergio alegaba que costaba 40 euros más .
- ¿Y por qué no vamos a mirar? - dijo Sergio.
- De acuerdo, como quieras , pero no hace falta , ya te digo que son 160 euros .
Los dos niños sabían que estaban discutiendo por una tontería , pero no tenían nada que hacer , así que decidieron ir .
Cuando llegaron al taller en el que el día anterior habían ido, se lo encontraron cerrado .
- ¿Lo ves? Una pérdida de tiempo – repitió Max.
- Pero hay una puerta abierta, tal vez aún no hayan cerrado
- . Vamos a mirar.
Tan pronto como los niños se introdujeron en el taller por la puerta trasera, se percataron de que allí había de todo, repuestos de piezas , cámaras de ruedas , bocinas … Todo, menos un dependiente que le diera la razón a uno de los dos . Ni falta que hacía. Allí, en el mismo sitio que el día anterior, estaba la reluciente bicicleta . Su precio: 200 euros .
- ¿Ves ? cuesta 200 – sentenció Sergio – Vámonos , que se hace tarde .
- Pues yo habría jurado que costaba menos .
Incrédulo , Max miró el cartel donde estaba escrito el precio de la bicicleta : Y ponía 160 euros .
- No soy tan tonto como para tragármelo – dijo indignado – cuesta 160 .
- Imposible .
- Y los dos volvieron a mirar el misterioso cartel , en el cuál ponía , como si se burlara de ellos , 200 euros .
- Vámonos – dijo Sergio – esto no me gusta .
Y esta vez Max no tuvo ninguna objeción .
Cuando salían del taller , a paso rápido , comentaban que debían mantener ese asunto con el mayor secretismo posible . No querían que , además de ellos mismos , también los demás pensaran que estaban locos .
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