La excursión era por la montaña, teníamos que ir abrigados, porque no hace falta decir que ¡hacía un frio…! Cuando llegamos al instituto nos dijeron que nos dirigiéramos al autobús que nos conduciría al bosque en casi pleno invierno.
Una vez en el autobús me senté delante de él, íbamos todo el viaje hablando, de lo que sea, yo con tal de hablar con la persona que mas amaba en el mundo haría cualquier cosa, él me preguntaba muchas cosas, que si me gustaba alguien, y yo siempre le respondía un: no te lo puedo decir…
Cuando llegamos a la montaña él me abrazó. Sin dirigir palabra, siguió sus impulsos. Yo me quedé extrañada. ¡Fue tan bonito! Yo estaba flotando entre sus brazos, oler su perfume, su chaqueta, ¡todo! Seguimos todo el camino juntos, uno al lado del otro, tan felices los dos.
A la hora de comer, paramos en una explanada que había por esas montañas inhumanas. Los dos teníamos el bocadillo de lo mismo, aunque había gente que se traía la comida en un tuperware.
Comenzamos a subir por la montaña y a observar la zona. Todo fue muy romántico, y le dije: tengo frío… y me dio otro abrazo.
Luego paramos para descansar en un camino con los árboles caídos, que todos nos quedamos asombrados de lo bonito que era ese lugar. Magnífico, precioso, y mas determinantes son las palabras para describirlo. Destellaba amor, felicidad, alegría… Y comiendo a su lado, espero a que se fueran todos, o que avanzaran y nos quedamos solos al final de la cola, y se declaró. Nos dimos un beso y fuimos el resto del camino cogidos de la mano. Le quiero.
0 comentarios:
Publicar un comentario