-¿Ya es tan tarde?- dijo Alejandro, con sueño.
Se levantó, y empezó a desayunar para no llegar tarde al instituto. Su madre, extrañada de verlo despierto tan temprano, le preguntó
-Alejandro, ¿Qué haces hoy despierto tan pronto? Es fiesta, no hay instituto-
Alegre, se fue a su habitación, pero como no consiguió dormirse, se puso a leer un libro sobre los animales en peligro de extinción. Estaba muy concienciado con la ayuda a los animales (incluso era vegetariano) y, como tenía grandes dotes lingüísticas, conseguía convencer a mucha gente de ello sin llegar a discutir. Nunca se había peleado.
Al acabar el libro, miró a su perro, Wally, moviendo el rabo mientras lo miraba. Pensó que, ya que no tenía nada que hacer, ¿Por qué no lo sacaba a pasear? Ya fuera, con el perro suelto, se fue a mirar el estanque que había en ese parque, y vio a unos niños tirándoles piedras a los peces que había en él. Se fue hacia ellos, para decirles algo.
Al cabo de media hora, una mujer estaba dando gritos porque había un cadáver flotando en el agua del estanque.
Antonio
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